Diosa Amaterasu

A diferencia de mitologías como la Griega o la Nórdica, la cosmogonía japonesa siempre se ha diferenciado por lo difícil que es diferenciar los mitos de los hechos históricos. Tal es el caso de los Tesoros Imperiales Japoneses: tres reliquias que fueron “entregadas por los Dioses” al Emperador para poder justificar su divinidad y su poder de gobernar Japón.


Índice de contenido

Aunque suena difícil de creer, estas reliquias existen incluso al día de hoy y se sabe que datan del año 690 d. C. Se encuentran ocultas y sólo pueden ser vistas por el emperador y algunos sacerdotes educados y criados para ese propósito. ¿Quieres saber más sobre estas reliquias que permitirán invocar a la Diosa Amaterasu cuando el emperador lo considere necesario? ¡Sigue leyendo!

Diosa del Sol - Amaterasu

Diosa Amaterasu Foto de Shunsai Toshimasa – Wikimedia Commons


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¿Quién es Amaterasu?

En resumen, se trata de una de las Diosas más recurrentes en la cosmogonía japonesa. Según la mitología nipona, es hija de Izanagi, uno de los creadores del territorio que actualmente compone Japón. También es hermana de dos Dioses sumamente relevantes en la mitología del Japón: Susanoo (Dios del Océano) y Tsukuyomi (Dios de la Luna). A Amaterasu, se le asigna el título de “Diosa del Sol”. Todos estos Dioses pertenecen a la religión Sintoísta, misma que es originaria de Japón y aún se practica hoy en día.

La “Diosa del Sol” es tan importante que el santuario sintoísta más sagrado de Japón se construyó en honor a ella. Estamos hablando del Gran Santuario de Ise (伊勢大神宮 / いせだいじんぐ / Ise Daijingu), mismo que fue fundado por el décimo emperador japonés en el siglo I a.C. para aplacar una serie de epidemias que se creía que tenían origen divino. Este santuario es reconstruido total o parcialmente cada 20 años para poder mantener su apariencia original.

Tokyo Daijingu Shrine

Gran Santuario de Ise Foto de jinjamemo


El emperador y Amaterasu

Quizás uno de los datos más importantes sobre Amaterasu es que se cree que el primer emperador japonés es su descendiente directo. La leyenda cuenta que Amaterasu envió desde los cielos a su nieto Ninigi para pacificar Japón, pero fue su bisnieto Jinmu quien tuvo éxito y se convirtió en el primer emperador japonés.

Cualquiera que sea el caso, históricamente se ha creído que la familia imperial japonesa es descendiente directa de los Dioses del sintoísmo. Es por eso que una de sus principales funciones es resguardar los intereses de dicha religión. Por esta razón también existe una prohibición sobre la inclusión de nuevos miembros al linaje de la familia real.


Las reliquias de Amaterasu

Cuando Amaterasu mandó a su nieto a la Tierra para pacificar Japón, lo envió con tres reliquias que le ayudarían a comprobar su divinidad: Un espejo de bronce (representando “honestidad”), una espada (representando “valor”) y un amuleto (representando “belevolencia”). El espejo, según se cuenta, tiene grabado un poema que permitirá que el emperador invoque a Amaterasu en caso de ser necesario.

Durante la edad media japonesa se escribieron varios relatos acerca del destino de estas tres reliquias. Por ejemplo, se dice que el espejo de bronce se perdió en una batalla naval (1185 d.C.), pero fue recuperado por un soldado del clan Minamoto quien, al verlo de cerca, quedó ciego inmediatamente por el brillo que tenía el espejo. Junto con el espejo se encontraba también el amuleto, pero no se encontró la espada.

En cuanto a la espada, varios relatos afirman que nunca fue encontrada. Muchos otros indican que regresó a la familia real bajo condiciones “sobrenaturales”. La versión más aceptada es que se creó una réplica exacta, que es la que la familia imperial conservaría.

Las reliquias de Amaterasu

Las reliquias de Amaterasu Foto de 菊竹若狭, Wikimedia Commons


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¿Dónde están las reliquias en la actualidad?

Aunque parece un dato fantástico, estos tres objetos aún se conservan y pueden ser vistos sólo por el emperador, por lo que su ubicación es secreta. Se cree que el espejo está resguardado en el santuario de Ise, mientras que la espada y la joya tienen un paradero desconocido.

A pesar de lo poco que se sabe de ellas, es posible verlas indirectamente durante la versión “pública” de la coronación cuando hay un cambio en el puesto. En la imagen inferior puedes observar las reliquias presentadas en la coronación del emperador Naruhito, mismas que se mostraron envuelvas para evitar que el público en general pudiera apreciarlas en su totalidad.

Estas joyas son extremadamente importantes para la familia real, pues representan el nexo original que la familia imperial japonesa tiene con las deidades del Sintoísmo. Por ejemplo, se sabe que durante la segunda guerra mundial, el emperador Hirohito ordenó el resguardo prioritario de las reliquias aún cuando la capital japonesa estaba bajo ataque.

¿Qué te parece este secreto japonés? Aprende más sobre Japón y su cultura en nuestro blog.

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